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Imagen 1: Necesidades económicas y materiales |
B. Lima,
señala que el concepto de bienestar
social es diferente entre los seres humanos, es decir, existe singularidad en
la conceptualización de bienestar social. Al mismo tiempo, realiza dos
interrogantes, la primera sobre el alcance del concepto y la segunda sobre su
límite. Nos detendremos en esta parte, porque, es necesario aclarar que el
conocimiento es inacabado, un concepto no se define simplemente por su alcance
o por su límite, sino por su filosofía y ciencia, aspectos que son relativos y
en constante dinámica, sin embargo, B. Lima, analizó la insostenibilidad
teórica y empírica del concepto de bienestar social y la vinculación con las
necesidades. B. Lima, en el ensayo que estamos intentando relatar y rescatar, refiere
al devenir de los conceptos, bajo esa óptica, podemos citar a dos elementos
relacionados con la percepción de los profesionales (satisfacción de
necesidades, desarrollo social y personal, mejor vivir, felicidad, etc.) y la
formalidad conceptual de bienestar social (relación de desarrollo social,
bienestar social, bienestar humano y satisfacción de necesidades). De la misma
forma, también explica como algunos autores conciben al bienestar social, a
través de dos enfoques, la primera a partir de la definición como medios y también
como fin y la segunda, incluye la visión a través de los enfoques amplios y
restringidos, integrales y operacionales. Asimismo, explica como el bienestar se
denomina hacia una tesis y expresión intocable e indiscutible.
Para
continuar con la descripción del análisis, tenemos que mencionar que en las
relaciones sociales de producción y lucha de clases, existe desigualdad, que por
un lado están los dueños de los medios de producción y por el otro, los que
solo tienen su fuerza de trabajo, B. Lima indica que si queremos afectar el
bienestar social como bienestar para todos, debemos de afectar también esas
relaciones sociales de producción desiguales, de esa forma estaríamos hablando
entonces de un bienestar social, en la búsqueda de una sociedad sin clases
sociales, cuestión que los que sostienen este concepto disfrazan tiernamente el
discurso teórico, para conservar el sistema imperante, en este marco, no se
busca un bienestar común, sino un bienestar individual y conservador del
sistema.
B. Lima,
también presenta una clasificación de necesidades, las primeras tienen que ver
con las objetivaciones, luego se encuentran las materiales, espirituales,
económicas, riqueza humana y humanas radicales. Las necesidades según las
objetivaciones que son los objetos, sentimientos y pasiones, se subdividen en
necesidades de vida social, necesidades políticas y necesidades de trabajo. Las
necesidades materiales, que son las vitales o primarias —pueden elevarse a un
nivel mayor—. Las necesidades espirituales, como la enseñanza, la adscripción
sindical, afecto y necesidades de cultura; las necesidades materiales y
espirituales dependen de la adquisición del dinero. Sobre las necesidades de
riqueza humana (carácter cualitativo), mencionaremos que son contrapuestas a
las necesidades humanas y que aumentan la riqueza no material del hombre, como
el descanso que supera el normal para la recuperación de la fuerza de trabajo,
la actividad cultural, la reflexión, la distracción lúdica, la amistad, la
actividad moral y el amor, en esta parte se marca una tesis que indica que las
necesidades de riqueza humana son las “…mas
insatisfechas en el sistema capitalista y de ellas las medidas de bienestar muy
poco se ocupan…”
Las
necesidades humanas alienadas (carácter cuantitativo y no se pueden saciar),
dinero, poder, posesión de ambición. Estas necesidades alienadas, son
apuntaladas por el sistema haciendo una persecución de la misma a través de los
aparatos ideológicos. Asimismo, los Estados miden cuantitativamente los
indicadores de las necesidades alienadas como parámetro de desarrollo y
progreso; paradójicamente una vez satisfechas estas ya no habría lugar para la
satisfacción de otras necesidades. En cuanto a las necesidades humanas
radicales (desarrollo pleno de los seres humanos), estas necesidades no pueden
ser cubiertas por los programas de bienestar social, porque, estos programas no
pueden suprimir las desigualdades sociales, tampoco la explotación del ser
humano por el ser humano. En conclusión B. Lima, considera que las necesidades
tienen que ser proyectos de transformación y no pseudosatisfación de carencias.
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